RESEÑA HISTÓRICA DE LA EVOLUCIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA: AYER Y HOY
"En la evolución del castellano en vías de formación, se impusieron en parte, influencias occidentales (portugués -leonés), en parte orientales (aragonés, catalán)" Marin Maya, Jorge (2008). Medellín.
ACTIVIDAD 1. Teniendo en cuenta la reseña del video, crea una línea de tiempo donde se identifique la información ofrecida en el módulo de estudio, unidad 4: "De la Llegada de los Españoles y otros Cambios"; presenta 15 líneas donde expongas lo sucedido en el texto y fundamenta los cambios que consideras que ha tenido el lenguaje español durante el tiempo.
¿Por qué se denominan Lenguas Romances?
Actividad 2. escribe una síntesis sobre la pregunta del encabezado.
¿Crees que la historia mantendrá viva nuestra lengua? o ¿se impondrá una lengua en cada país?
Actividad 3. planeta un texto tipo ensayo, partiendo de los planteamientos anteriores.
Actividad 4. Partiendo del video, identifica 10 palabras que presenten variaciones lingüísticas.
Actividad 5. Desarrolla lectura: "El Carnero", Rodriguez, 1980.pp 138-141. Fragmento. encontrado en Libro de Postprimaria, Lenguaje 8, pág. 83-87.
Encuentro de Culturas: El Carnero.
En las flotas que fueron y vinieron de Castilla, pasó en
una de ellas un vecino de esta ciudad, a emplear su dinero: era hombre casado,
tenía la mujer moza y hermosa; y con la ausencia del marido no quiso malograr
su hermosura, sino gozar de ella. Descuidóse e hizo una barriga, pensando
poderla despedir con tiempo; pero antes del parto le tocó a la puerta la
noticia de la llegada de la flota a la ciudad de Cartagena, con lo cual la
pobre señora se alborotó e hizo sus diligencias para abortar la criatura, y
ninguna le aprovechó.
Procuró tratar su negocio con Juana García, su madre,
digo su comadre: esta era una negra que había subido a este Reino con el
Adelantado don Alonso Luis de Lugo; tenía dos hijas, que en esta ciudad arrastraron
hasta seda y oro, y aun trajeron arrastrados algunos hombres de ellas. (…) la
preñada consultó a su comadre y le dijo lo que quería hacer. Díjole la comadre:
“¿quién os ha dicho que viene vuestro marido en esta flota?” Respondióle la señora
que él mismo había dicho, que en la primera ocasión vendría sin falta.
Respondióle la comadre: “si eso es así, espera, no hagas nada, que quiero saber
esta nueva de la flota, y sabré si viene vuestro marido en ella. Mañana volveré
a veros”
El día siguiente volvió la comadre, la cual la noche
pasada había hecho apretada diligencia, y venía bien informada de la verdad.
Díjole a la preñada:
—“Señora comadre, yo he hecho mis diligencias en saber de
mi compadre: verdad es que la flota está en Cartagena, pero no he hallado nueva
de vuestro marido, ni hay quien diga que viene en ella.”
La señora preñada
se afligió mucho, y rogó a la comadre le diese remedio para echar aquella
criatura, a lo cual le respondió:
—“No hagáis tal hasta que sepamos la verdad, si viene o
no. Lo que puedes hacer es, ¿veis aquel librillo verde que está allí?” Dijo la
señora: —“Sí”
El día siguiente volvió la comadre, la cual la noche
pasada había hecho apretada diligencia, y venía bien informada de la verdad.
Díjole a la
preñada: —“Señora comadre, yo he hecho mis diligencias en saber de mi compadre:
verdad es que la flota está en Cartagena, pero no he hallado nueva de vuestro
marido, ni hay quien diga que viene en ella”
La señora preñada
se afligió mucho, y rogó a la comadre le diese remedio para echar aquella
criatura, a lo cual le respondió:
—“No hagáis tal
hasta que sepamos la verdad, si viene o no. Lo que puedes hacer es, ¿veis aquel
librillo verde que está allí?” Dijo la señora: —“Sí”
—“Pues, comadre, henchídmelo de agua y metedlo en vuestro
aposento (…), que yo vendré a la noche y traeré a mis hijas, y prevendremos
algún remedio para lo que me decís que queréis hacer.” Con esto se despidió de
su comadre, fue a su casa, previno sus hijas, y (…) También envió a llamar
otras mozas. Juntáronse todas, y estando las mozas cantando y bailando, dijo la
comadre preñada a su comadre:
—“Mucho me duele
la barriga: ¿queréis vérmela?”
Respondió la comadre: —“Sí haré: tomad una lumbre de esas
y vamos a vuestro aposento”. Después que estuvieron dentro cerró la puerta y
díjole:
—“Comadre, allí
está el librillo con el agua.” Respondióle:
—“Pues tomad esa vela y mirad si veis algo en el agua.”
Hízolo así, y estando mirando le dijo:
—“Comadre, aquí veo una tierra que no conozco, y aquí
está fulano, mi marido, sentado en una silla, y una mujer está junto a una
mesa, y un sastre con las tijeras en las manos, que quiere cortar un vestido de
grana.” Díjole la comadre:
—“Pues esperad, que quiero yo también ver eso”. Llegóse
junto al librillo y vido todo lo que le había dicho. Preguntóle la señora
comadre:
—“¿Qué tierra es esta?” Y respondióle: —“Es la isla
Española de Santo Domingo.” En esto metió el sastre las tijeras y cortó una
manga, y echósela en el hombro. Dijo la comadre a la preñada:
—“¿Queréis que le quite aquella manga a aquel sastre?”
Respondióle:
— “Pues cómo se la habéis de quitar?”. Respondióle: —
“Como vos queráis yo se la quitaré.” Dijo la señora:
— “Pues quitádsela, comadre mía, por vida vuestra.”
Apenas acabó la razón cuando le dijo: — “Pues vedla ahí”, y le dio la manga.
(…) Dijo la comadre a la señora:
— “Ya habéis visto cuán despacio está vuestro marido,
bien podéis despedir esa barriga, y aun hacer otra.” La señora preñada, muy
contenta, echó la manga en un baúl que tenía junto a su cama (…) Conocida cosa
es que el demonio fue el inventor de esta maraña (…)
El marido de esta señora (…) vino a este Nuevo Reino
cuando ya la criatura estaba grande y se criaba en casa con nombre de huérfano.
Recibiéronse muy bien marido y mujer, y por algunos días
anduvieron muy contentos, hasta que ella comenzó a pedir una gala, y otra gala,
y a vueltas de ellas se entremetían unos pellizcos de celos, de manera que el
marido andaba enfadado y tenían malas comidas y peores cenas, porque la mujer,
de cuando en cuando le picaba con los amores que había tenido en la isla
Española. Con lo cual el marido andaba sospechoso de que algún amigo suyo, de
los que con él habían estado en la dicha isla, le hubiese dicho algo a su
mujer. (...) Al fin, (…) pidióle la mujer que le diese un faldellín de paño
verde, guarnecido: el marido no salió bien a esto, poniéndole algunas excusas;
a lo cual le respondió ella:
— “A fe que si fuera para dárselo a la dama de Santo
Domingo, como le disteís el vestido de grana, que no pusiérais excusas”. Con
esto quedó el marido rendido y confirmado en su sospecha; y para poder mejor
enterarse la regaló mucho. En fin, una tarde que se hallaron con gusto le dijo
el marido a la mujer:
— “Hermana ¿no me diréis, por vida vuestra, quién os dijo
que yo había vestido de grana a una dama en la isla Española?” Respondióle la
mujer:
-- "Pues lo queréis negar? decidme vos la verdad, que yo os diré quién me lo dijo."
— “¿Pues lo — “Señora, es verdad, porque un hombre ausente de su casa y en tierras ajenas, algún entretenimiento había de tener. Yo di ese vestido a una dama.” Dijo ella:
— “Pues decidme, cuando lo estaban
cortando ¿qué faltó?” Respondióle:
— “No faltó nada.” Respondió la mujer diciendo:
— “Qué amigo sóis de negar las cosas” ¿No faltó una
manga?” El marido hizo memoria, y dijo:
— “Es verdad que al sastre se le olvidó de cortarla.”
Entonces le dijo la mujer:
— “Y si yo os muestro la manga que faltó, la
reconoceréis.” Díjole el marido:
— “¿Pues tenéisla vos?” (…) Fueron juntos a su aposento,
y del asiento del baúl le sacó la manga, diciéndole:
— “¿Es esta la manga que faltó?” Dijo el marido:
— “Esta es mujer; pues yo juro a Dios que hemos de saber
quién la trajo desde la isla Española a la ciudad de Santafé”. Y con esto tomó
la manga y fuese con ella al señor obispo, que era juez inquisidor, e informóle
del caso. Su señoría hizo aparecer ante sí la mujer; tomóle la declaración;
confesó llanamente todo lo que había pasado en el librillo del agua. Prendióse
luego a la negra Juana García y a las hijas. Confesó todo el caso, y (…) el
señor obispo pronunció sentencia. Corrió la voz que eran muchos las que habían
caído en la red, y tocaba en personas principales. En fin, el Adelantado don
Gonzalo Jiménez de Quesada, el capitán Zorro, el capitán Céspedes, Juan Tafur,
y otras personas principales acudieron al señor obispo, suplicándole no se
pusiese en ejecución la sentencia (…) Tanto le apretaron a su señoría, que
depuso el auto. Topó sólo con Juana García, que la penitenció poniéndola en
Santo Domingo, a horas de la misa mayor, en un tablado, con un dogal al cuello
y una vela encendida en la mano; a donde decía llorando:
—“¡Todas, todas lo hicimos, y yo sola lo pago!” Desterrárosla a ella y a las hijas de este Reino.
Actividad 6: En tu cauderno.
- Describe cada uno de los personjes, realiza una descripción.
- Crea una Historieta con un compañero dodne se muestren los eventso más importantes del texto el Cranero en tu cauderno.
- Luego, descarga en tu móvil la aplicación de Play Store: creador de historietas y desarrolla allí tu trabajo. Guarda esta creación y comparte con la docente al correo: martamaramuozcorrea8@gmail.com
Actividad 7. Comentario.
Crea un comentario que de respuesta a la siguiente pregunta
- ¿Cuál crees que será el interés del narrador por contar esta historia?
En este comentario, debes relacionar al final tu nombre completo.
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